El nuevo concepto de marca va a cambiar la forma en que se hace negocio. Cómo se crea una marca y cómo se lanza al público. Los entornos de trabajo en la industria tendrán que ser más colaborativos, espontáneos y alejados de los modelos sistemáticos que sólo restringen la creatividad y el pensamiento radical, algo que, según Bellandi, necesitan las nuevas marcas. Y es que parece que las nuevas marcas no tendrán títulos o sistemas, ni directores o creativos, sino que estamos dirigiéndonos de lo complejo a lo simple, de mucho a único. Ahora sólo falta aquella persona valiente que se atreva a dar el primer paso.
Las nuevas marcas tendrán que trabajar desde dentro y hacia fuera, para crear marcas a largo plazo con un contexto para los empleados y los consumidores, con gente que entienda qué hay de nuevo y no una idea pasada sobre algo que tiene buena pinta hoy. Las marcas del fututo, asegura Bellandi, no lanzarán nuevos logos y llamarán a eso "rebranding". Porque no hay que olvidar que la marca no se mide en impactos a corto plazo, sino que una gran marca para el mundo moderno tiene que ser aquella que cree un impacto continuo, año tras año, a través de todas las plataformas creadas por la agencia, los clientes, los empleados y los consumidores.
"La marca no es la visión de una compañía escrita o mostrada, la marca es acción e intención para los clientes, empleados y consumidores a ambos lados de la valla", asegura Bellandi. Las marcas del futuro, o todavía hoy, se tienen que construir sobre la apertura, tanto con los clientes como con la agencia, basándose en una única idea que crezca para los empleados y los consumidores.
"La nueva marca es unidad, conversación, social y co-creación", afirma Bellandi, y añade que "la línea de montaje está cerrada. La señal apareció hace tiempo, pero la mayoría prefirió no leerla".
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