martes, 25 de septiembre de 2012

5 mitos del diseño en el punto de venta que se disfrazan de normas


En el mercado existen todo tipo de libros y consultores que aconsejan sobre lo que hay que hacer y lo que no cuando se diseña una tienda. Pero lo cierto es que no todos los consejos se pueden tomar al pie de la letra. De hecho, saltarse las normas a veces puede tener su recompensa.

La clave de un buen diseño está en coger los principios del diseño y torcerlos, romperos, replantearlos o esconderlos al servicio de la empresa, en lugar de poner la propia tienda al servicio del diseño. ¿Cómo? Business Insider ha seleccionado cinco reglas, o mitos, que se pueden saltar y olvidar a la hora de plantear el diseño en retail.

1. Las paredes neutrales son esenciales
A veces pintar las paredes de un establecimiento de un solo color neutro puede ayudar a crear un ambiente tranquilo, pero también aséptico. A veces una combinación de colores puede hacer que el espacio sea más acogedor. Las marcas también pueden optar por desarrollar una paleta de colores de la marca que conecte con el logo y el concepto empresarial y que se repitan en otros elementos de la tienda, como los muebles o las bolsas, para contar una historia a los clientes.

2. Mantente fiel a los accesorios diseñados para tu tipo de tienda
Muchas veces los propietarios de una tienda se ven forzados a utilizar los mismos accesorios que utilizan sus proveedores para sus productos. Y es cierto que un proveedor puede mostrar algunos productos accesorios o aconsejar sobre cómo tenerlos en tienda, pero el propietario no tiene por qué seguir esos consejos.

3. Todos los accesorios tienen que ser flexibles
Poder ser flexibles en la tienda es importante para hacer cambios en el merchandising y hacer que el espacio tenga un aspecto fresco todo el año. El problema es que a veces esta idea se lleva al extremo, utilizando únicamente productos temporales que, al final, no son más que una forma de evitar tomar decisiones en cuanto al diseño. Algunos elementos permanentes pueden ayudar a dar un aspecto más profesional. Al final, la clave está en determinar dónde hace falta más flexibilidad y dónde hace falta un mayor compromiso.

4. No puedes permitirte un diseñador de interiores
Las pequeñas tiendas dan por hecho que no tienen dinero para pagar a un diseñador profesional, pero no es cierto. Puede que no se pueda contratar a un diseñador para toda la tienda, pero sí hay algunos servicios que puede prestar y te ayudarán a tomar mejores decisiones. Por una consulta de un par de horas puedes conseguir herramientas e ideas para después hacer el trabajo por tu cuenta, o contar con su ayuda para cosas específicas que requieran una supervisión profesional.

5. Las grandes tiendas son las que más saben, cópialas
De las grandes tiendas se puede aprender mucho en términos de logística o técnicas empresariales. El problema es que muchas tiendas pequeñas acaban replicando el aspecto de las grandes considerando que son los que más saben y recrean los colores y los diseños de tiendas que tienen muchísimos más recursos. El problema es que replicando algo que ya se ha hecho lo único que consiguen es ponerse en una posición de inferioridad, porque nunca llegarán a ser como los grandes. Además, sólo se conseguirá que el consumidor tenga la impresión de que estás intentando hacer una copia mala.

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