lunes, 20 de agosto de 2012

5 razones para confiar a una persona de 23 años la dirección de sus acciones de social media marketing


La semana pasada,MarketingDirecto.com se hacía eco de un artículo publicado por Inc. en el que su autora, Hollis Thomases, enumeraba una serie de razones para no contratar nunca a una persona de 23 años como social media manager. En vista de la polémica generada por este artículo, queremos ofrecerle también la visión de la otra cara de la moneda: la de los social media managers de 23 años. Y lo hacemos de la mano de Lauren Rothering, que en su blog Mad Girl PR desgrana 5 motivos por los que las empresas sí deberían confiar sus acciones de social media marketing a una persona de 23 años:

1. Los millennials son creativos
La creatividad forma parte del ADN de los millennials. La generación Y está siempre buscando los más nuevo y lo mejor. Es una generación predispuesta a aprender, a colaborar y a compartir ideas. Todas estas características convierten a los millennials en personas idóneas para desenvolverse en el ámbito de los social media.

2. Los social media no son nada nuevo para los millennials
Los millennials son sólo han crecido con los social media, sino que éstos son principal forma de comunicación. Los social media no son nada místico o extraño cuyos significado los millennials tengan que esforzarse en desentrañar. Desde que empezaron a dar sus primeros pasos, los millennials están acostumbrados a recibir un torrente de mensajes de marketing de las marcas. Por este motivo, los millennials son expertos rastreando la autenticidad y determinando cuando una marca interpreta sólo un papel y es en realidad falsa e impersonal. Este especial "olfato" convierte a los millennials en los perfectos candidatos para encontrar el tono adecuado de una marca en los social media y crear contenido altamente eficaz en estas plataformas.

3. Los millennials son gente confiable
En su artículo para Inc., Thomases argumenta que las personas de 23 años son poco confiables porque no se comprometen con su trabajo. Thomases olvida, sin embargo, que la confiabilidad de un trabajador no tiene nada que ver con su edad. Para ganarse la confianza de los superiores, no es condición sine qua non tener más de 23 años.

4. Tener 23 años no es sinónimo de inmadurez
Thomases cree que, en general, las personas de 23 años son inmaduras y no pueden manejar adecuadamente la responsabilidad. Nada más lejos de la realidad. La edad es sólo un número que no refleja la madurez real de las personas. Una persona de 23 años no tiene por qué comportarse como una persona de 13 años, de igual manera que una persona de 43 años no tiene por qué ser necesariamente madura. De hecho, hay personas de 43 años más inmaduras que las personas de 23 años. La madurez depende la persona, de su experiencia y de sus habilidades y no está reñida con la edad.

5. El individualismo de los millennials es bueno para las marcas
En su artículo, Thomases apunta que los millennials son personas individualistas, algo que es cierto, pero que no convierte a los miembros de la Generación Y en "malos" empleados. De hecho, el acendrado individualismo de los millennial puede tornarse en un ventaja para las marcas que optan por confiar en ellos sus acciones de social media marketing. Para muchos millennials, la valía propia y el éxito son dos conceptos interconectados y ello explica por qué la generación Y se esfuerza tanto en sus estudios y en su trabajo. Los millennials trabajan duro para lograr éxitos individuales y tales éxitos individuales vienen casi siempre lograr resultados para sus jefes.

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